Hacer música en nuestro país no es fácil, me explico bien, vivir de la música en nuestro país no es nada fácil, me refiero a la buena música, claro si haces pop con formula en mano y edulcorante al tope, bueno, lo puedes lograr, pero a qué precio?
Muchísimas bandas nacen día a día y muy pocas logran mantenerse con el paso de los años, Can Can es una de ellas, cerca de cumplir su décimo aniversario esta agrupación se muestra como una de las más vanguardistas e innovadoras en el Ecuador. Con un e.p. y tres discos editados dejan clara su pasión y fe en lo que hacen.
Los conocí hace muchos años, allá por el 2003 cuando empezaban a dar sus primeros pasos y tengo que admitir que no me atraparon a la primera, tal vez me sentía más rockero en esos días que se yo, pero bastó encontrarnos en carretera unas cuantas veces, compartir escenario, oir su música sincera y ver como, de a poco, iban metiéndose a la gente al bolsillo para convertirme en su fan.
Han ido creciendo progresivamente, atrás quedaron su Vestir Rosado y Tres días al Sol para dar paso a las grandiosas Escopolamíname y Caos, no digo que las anteriores sean menos buenas, pero es que al oír su nuevo disco (que también se llama Caos) se nota cuanto camino a transitado esta banda. Entonces vuelvo al tema inicial, en un lugar donde es complicado vivir de la música ellos se las ingenian para crear unos de los discos mejor logrados en los ultimos años, dejan sus cuentas en cero para traer al gran y multifacético Ken Stringfellow (Posies, Disciplines, R.E.M.) para que produzca su nuevo álbum, eso es arriesgar, no por el productor que trajeron, sino porque, cuándo van a ver otra vez ese dinero invertido en sus bolsillos? Ya lo vieron (no económicamente), cuando un Teatro México totalmente lleno, a viva voz coreaba sus canciones en la presentación del disco.
En Caos se nota un proceso de trabajo árduo e intenso, desde la grabación de sus primeros demos hasta el montaje del lanzamiento y la realización de su magistral video (dirigido por Juan Carlos Donoso, gran promesa en el medio audiovisual), una colección de canciones muy bien elegidas que suenan compactas de principio a fin, el orden tiene mucho que ver en esto, con Tiempo abriendo paso de menos a más, creciendo con KKK y Al Mar, hasta llegar a Pequeño Can, tema que personalmente no me gustaba en un inicio y ahora es una mis favoritos. Definitivamente un disco para escuchar, escuchar como se debe, a buen volúmen y con un trago en la mano.
Si, vivir de la música aquí no es fácil, pero si ese inconveniente hace que se realice música con tanta pasión y entrega, pues me quedo en la calle, con una guitarra cantando Hotel.
Discos Recomendados:
Malditos Villanos Pixelados (2004)
Caos (2011)
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